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Artículos de Coaching

¿Quieres incrementar tu motivación?

¿Quieres incrementar tu motivación?

¿Necesitas sentir aquella ilusión que sentías cuando te levantabas cada día para ir a trabajar o para sobrellevar las responsabilidades diarias? 

Aquí surge el dilema, me decía una coachee, “¿Cómo es posible que teniendo todo lo que yo quería, sienta que no tengo nada? Tengo un puesto de trabajo envidiable, cobro un sueldazo, buenos amigos y una familia estupenda. Además mis hijos siempre han sacado buenas notas, es algo por lo que nunca he tenido que luchar. Me han dado muchas satisfacciones. Sin embargo, muchos días me levanto sin ilusiones. ¿Cómo es posible?”
 
A lo largo de estos años he apoyado con la técnica del coaching a clientes que querían superar esos momentos de bloqueo emocional unidos a sensaciones de carencia de energía y sentimientos de desilusión; todo lo anterior se contradice con haber conseguido el desempeño de un puesto de trabajo soñado y con el desarrollo de tareas y responsabilidades retadoras y motivantes.
También apoyamos a profesionales cuya desmotivación y pérdida de energía deriva precisamente de la dedicación a roles o puestos de trabajo no deseados.
Existe un alto porcentaje de casos en los que el coachee reflexiona señalando como objetivo principal del proceso de coaching el incrementar la motivación y crecer en ilusiones: “Yo lo que quiero es levantarme con ilusión e ir al trabajo contento. Quiero sentir lo que sentía hace siete años, sentir esa ilusión al pensar en mi trabajo y en las cosas que tenía que resolver a lo largo del día. Lo veía todo como un reto, un problema a solucionar y la intriga durante la resolución del mismo me hacía sentir muy bien. Ahora, por el contrario, siento como que todo me pesa más, como si llevase un yugo sobre mi espalda cada vez que tengo que afrontar un nuevo día. Luego, una vez que me pongo en marcha me siento mejor pero nunca llego al nivel de satisfacción personal que tenía entonces.”
 
Poseer la experiencia vivida de momentos en los que me ha invadido esa sensación de cansancio físico y fatiga mental producto de una actuación repetitiva y constante, repleta de obligaciones y responsabilidades, tanto formales como informales, en todos mis roles (personales, profesionales y familiares), situación tal que invita a la apatía emocional, física y social; ayuda a conocer en profundidad el caso para apoyar al proceso de crecimiento y desarrollo personal. 
Lo que necesitaba en esos momentos es lo mismo que descubren los coachees a través de las sesiones de coaching: un plan de acción con tareas concretas que me ayudase a salir de esa apatía y me hiciese sentir libre por poder tomar mis propias decisiones cambiando el rumbo vital cuando es necesario.
La propia realización de las acciones que te marcas para la consecución de pequeñas metas te aporta dosis de energía por el logro cumplido. Por ende, la sensación de libertad por decidir y por seguir los pasos que has querido marcarte, además de motivarte, es generadora de ilusión y autoconfianza. 

Unida a esa sensación de libertad está el no sentirse atado o atada a las rutinas que se forjan con el transcurrir de los días en cada una de las responsabilidades de cada uno de nuestros roles. Esas rutinas que nos hacen sentir interdependientes de las obligaciones, a las cuales damos forma con nuestras acciones y que se transforman en hábitos y costumbres, van unidas a deberes que tenemos y creamos, e incluso imaginamos o inventamos pero que al fin suponen una carga más en el quehacer de pensamientos, acciones y conversaciones diarias.
 
La cuestión es, si una vez finalizado el proceso de coaching y conseguido el plan de acción inicial, la motivación permanece por sí misma. En tal caso, la motivación permanece siempre que hayamos aprendido durante el proceso de coaching a vivir aprovechando la energía personal que emana de las diferentes situaciones y lo apliquemos a corto, medio y largo plazo. 
 
Cierto es que con el paso del tiempo, la monotonía, las rutinas diarias, responsabilidades, retos profesionales y conflictos, es fácil volver a caer en hábitos que consumen energía y regresar, por tanto, al punto de inicio. 
 
Entonces... ¿cómo aprendemos a aprovechar la energía personal que emana de las circunstancias que se dan en el día a día?
 
Si bien hay situaciones en las que sentimos la consumición de nuestra vitalidad, también se dan otras en las que, por el contrario, nos creemos cargados de fuerza, vigor y energía. 
Pongamos un ejemplo, la actividad, la práctica deportiva nos recarga. En éste caso, es tanto la puesta en forma de nuestro organismo, como una reacción química, la productora de esa energía personal. Observamos que cuando el deporte se practica en colaboración competitiva, ese poder interior se incrementa aún más.
Otra anécdota; la reunión de profesionales donde se trabaja en equipo y, el clima, deja entrever cooperación, una buena comunicación, coordinación de los conocimientos y, por tanto, aprendizaje. Todo aprendizaje produce en tu interior un cambio, ese cambio es renovador y la renovación productora de energía personal. 

Miriam Cobreros


 2362,    08  May  2018 ,   Empleo
Miriam Cobreros

Coach Profesional Ejecutivo Certificado

Cerfiticación Oficial AECOP CP40